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La industria papelera invierte 1.400 millones € en innovación y renovación tecnológica e incremento de capacidad en 2015-2018

  • Publicado el 18 de Junio de 2018

Con casi novecientos millones de euros de inversión en los tres últimos años y unas inversiones previstas para 2018 de cerca de quinientos millones adicionales, la industria papelera española está redirigiendo su producción hacia papeles con gran potencial de crecimiento y mayor valor añadido, como los papeles para envases y embalajes y los papeles especiales, según explicó Enrique Isidro, presidente de ASPAPEL, en la presentación esta mañana del Informe Estadístico Anual del Sector Papelero.

Los 479 millones de euros de inversión previstos para 2018 suponen más del 10% de la facturación (como referencia, el último dato disponible sitúa la media de inversión industrial en el 4% de la facturación de la industria española INE 2015). Con un incremento del 3,8% sobre el año anterior, la facturación del sector en 2017 ascendió a 4.401 millones de euros.

“Se trata de inversiones dirigidas fundamentalmente a incrementos de capacidad y a innovación y renovación tecnológica, para lograr un mejor posicionamiento en un nuevo escenario, con nuevos hábitos de consumo, definidos fundamentalmente por la creciente demanda de bioproductos y la economía digital, que ha transformado el consumo, creando nuevas oportunidades para el sector papelero”, añadió el presidente de ASPAPEL (Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón).

La creciente demanda de bioproductos supone para el sector papelero una clara oportunidad. La economía circular y la bioeconomía son los nuevos paradigmas que orientan las decisiones del consumidor y pocos productos como el papel pueden cumplir satisfactoriamente con los requisitos que ambos plantean. Los productos papeleros son bioproductos integrados en el ciclo natural, que proceden de la naturaleza y son renovables y biodegradables. Son además productos reciclables que se reciclan masivamente, convirtiendo los residuos en nuevos recursos.

La industria papelera invierte 1.400 millones € en innovación y renovación tecnológica e incremento de capacidad en 2015-2018

Y en cuanto a la trasformación de los hábitos de consumo que supone la economía digital, el sector recibe una de cal y una de arena. Por una parte, el auge de la prensa digital ha hecho mella en la difusión de la prensa en papel, que parece que no acaba de encontrar su sitio en este nuevo panorama. Esto incide naturalmente en el consumo de papel prensa. Otros papeles gráficos están teniendo mejor comportamiento. El libro en papel, por ejemplo, sigue creciendo y convive bien con el digital, que es minoritario con alrededor del 30% en títulos editados y el 5% de la facturación total. Por otra parte, el comercio digital es una clara oportunidad para los envases y embalajes de papel, que son renovables, reciclables y biodegradables.

En el marco de la recuperación iniciada por el sector en 2015, el pasado ejercicio 2017 se presenta como un año de transición, con una producción de papel que en volumen global es similar a la del año anterior, aunque con muy distinto comportamiento para los diferentes tipos de papeles, algunos con crecimientos cercanos o superiores a los dos dígitos. Las 68 fábricas papeleras españolas produjeron 6.217.800 toneladas de papel, cifra similar a la del año anterior. Desciende la producción de papel prensa y papeles gráficos (-10,7%) por la parada de una gran fábrica de papel prensa para ser reconvertida a la fabricación de papeles de embalaje.

Por el contrario, los papeles para embalajes y los papeles especiales crecen. La producción de cartón estucado se incrementó el 12,2% y los papeles para cartón ondulado, si bien experimentaron un crecimiento más modesto (2,9%), marcan máximo histórico rozando los tres millones de toneladas.

Los papeles para embalajes suponen ya el 61% de la producción. Tienen una demanda fuertemente creciente y una gran proyección de futuro, como consecuencia del auge del comercio electrónico y de que el papel por sus características ambientales (natural, renovable, reciclable, biodegradable) está sustituyendo a otros materiales de embalaje.

La producción de papeles especiales se incrementó el 9,7%, con lo que lleva cuatro ejercicios consecutivos creciendo en torno o por encima de los dos dígitos. Estos papeles de alto valor añadido, para aplicaciones muy específicas (papeles decorativos, papeles de seguridad, papel autoadhesivo, papel metalizado…) representan ya el 8% de la producción española de papel.

Las 10 plantas fabricantes de celulosa en España produjeron 1.699.500 toneladas en 2017, un 1,4% más que en el ejercicio anterior. España es el sexto productor de celulosa de la UE, después de Suecia, Finlandia, Portugal, Alemania y Francia. La producción de celulosa para su autoconsumo en la misma fábrica (celulosa integrada) descendió el 1,0%, mientras la celulosa producida para su venta a otras empresas papeleras (celulosa de mercado) creció el 2,9%.

El consumo de papel crece en 2017 el 2,4%, algo más de medio punto por debajo del crecimiento del PIB (3,1%). Se recupera sin embargo el pulso de la recuperación iniciada en 2014 y que el pasado año se había ralentizado considerablemente. Pese a consolidar una tendencia de crecimiento, las 6.802.900 toneladas de papel consumidas en nuestro país en 2017 están todavía lejos de los niveles anteriores a la crisis y el crecimiento del consumo sigue siendo también muy asimétrico. Los papeles especiales y los papeles para embalajes incrementan su consumo muy por encima del PIB, duplicándolo incluso. Sin embargo, los papeles gráficos registran crecimientos negativos.

En el ámbito de los papeles para embalajes, el mayor crecimiento corresponde al cartón estucado (8,6%), seguido de los papeles para cartón ondulado (5,2%), en el caso del cartón estucado muy por encima de los niveles precrisis en volumen de toneladas consumidas. El consumo de papeles especiales crece el 8%. Por su parte, los papeles gráficos (papel prensa y papel de impresión y escritura) registran un descenso en su consumo del 5,4%. España es el quinto consumidor de papel de la UE, tras Alemania, Italia, Francia y Reino Unido. El consumo per cápita fue de 146 kilos, frente a los 143 kilos del año anterior.

El consumo de celulosa en 2017 fue de 1.876.900 toneladas, con un descenso del 1,9%. Tras Suecia, Finlandia, Alemania, Italia, Francia, Austria y Polonia, España es el octavo consumidor de celulosa de la UE. La papelera es una industria fuertemente exportadora. El 57% de la celulosa y el 43% del papel que se fabrica en España se destinan al comercio exterior, que representa el 56% de la facturación.

Las exportaciones proporcionaron refugio al sector durante la crisis ante la fuerte caída del mercado interior. Con la reactivación de la economía, el sector priorizó la atención del consumo doméstico, sin descuidar tampoco sus mercados exteriores. Con un descenso del 5,3%, en 2017 se exportaron 2.681.400 toneladas de papel, cifra inferior a los más de tres millones de toneladas de papel vendidas en mercados exteriores durante lo peor de la crisis.

Los principales mercados de exportación de papel fueron otros países de la UE (59%), especialmente Portugal y Francia. Y es reseñable la creciente importancia de las exportaciones a África (17%) y Asia (14%), que conjuntamente suponen ya casi un tercio del total, el doble que en 2007. Las importaciones de papel se mantuvieron en niveles similares al ejercicio anterior y crecieron un 0,3% hasta 3.266.600 toneladas, superando a las exportaciones. En cuanto a la celulosa, las exportaciones (962.000 toneladas) crecieron el 3,6% frente a un descenso del 2,3% en las importaciones (1.139.400 toneladas). Se dirigieron en un 84% a otros países de la UE (Alemania, Países Bajos, Italia, Polonia y Francia, fundamentalmente).

La tasa de cobertura (exportación/importación), que tradicionalmente superaba el 100% en la celulosa, sigue por debajo por tercer año consecutivo (84,4%), si bien con tendencia continuada al alza. La tasa de exportaciones de celulosa remonta hasta 56,6% y la participación en el mercado interior se sitúa en el 39,3%.

El sector papelero, como bioindustria circular, se sitúa entre los sectores estratégicos especialmente relevantes en la reindustrialización del país. El Marco Estratégico de la España Industrial 2030, que —desarrollado en Agendas Sectoriales— impulsará alrededor de una decena de sectores industriales estratégicos, entre los que se encuentra la industria de la celulosa y el papel. El papelero y el de la automoción han sido los primeros en elaborar sus Agendas Sectoriales, a las que en los próximos meses seguirán las de otros sectores hasta alrededor de una decena.

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