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La facturación del sector papelero se incrementa un 8,6%

  • Publicado el 15 de Julio de 2019

Con una facturación (4.779 millones de euros), que crece un 8,6% y procede en un 56% de las exportaciones, la bioindustria circular de la celulosa y el papel ha invertido en 2018 en incrementos de capacidad y en innovación y renovación tecnológica 471 millones de euros. La producción total de papel (6,2 millones de toneladas) desciende el 1%; pero mientras los papeles para envases, higiénicos y especiales crecen en porcentajes que van del 7% al 2%, los papeles gráficos descienden el 16%. La producción de celulosa en 2018 crece un 0,8%.

Con 70 fábricas de papel y 10 de celulosa, el sector cerró el año pasado con una plantilla de 16.595 empleados directos (un 1,9% más), con un 89% de contratos indefinidos, según datos del Informe Estadístico Anual del Sector Papelero que presenta ASPAPEL. “El fuerte ritmo inversor de los últimos años es la prueba de nuestra apuesta por el futuro del sector como paradigma que somos de bioeconomía circular”, explicó Jordi Mercader, presidente de ASPAPEL, que presentó el Informe junto con la vicepresidenta Elisabet Alier y el director general Carlos Reinoso.

En 2018, la producción total de papel en España desciende un 1%, con 61.000 toneladas menos que en el ejercicio anterior. Sin embargo, el comportamiento de las diversas familias de papeles es muy diferente. La producción de papeles gráficos (papel prensa y papeles para impresión y escritura) desciende un 16,2%. El resto de los papeles incrementan su producción en porcentajes que van del 7,1% del cartón estucado o el 6% de otros envases y embalajes (donde se incluyen bolsas, sacos, tubos, celulosa moldeada, etc.), al 2,1% del los papeles para cartón ondulado y el 2% de los papeles higiénicos y sanitarios y los papeles especiales. Hay que reseñar que la producción de papeles para cartón ondulado supera por primera vez los tres millones de toneladas, marca un nuevo máximo histórico y supone el 49% de la producción total.

La facturación del sector papelero se incrementa un 8,6%

La producción de celulosa en 2018 crece un 0,8% hasta 1,7 millones de toneladas. La facturación en 2018 ascendió a 4.779 millones de euros, un 8,6% más. El consumo de papel crece en 2018 el 1,9%. Se encadenan así cinco años de crecimiento del consumo que se sitúa en 6,9 millones de toneladas. El comportamiento de los diferentes tipos de papeles es un año más muy asimétrico. Mientras los distintos tipos de papeles para embalajes siguen marcando récords históricos muy por encima de los niveles precrisis, los papeles gráficos (prensa e impresión y escritura) ven caer su consumo un 7,9% con respecto al año anterior.

El consumo de papeles para cartón ondulado crece el 4,3% y se acerca a los 3,3 millones de toneladas. El cartón estucado incrementa su consumo el 7,4% superando las 770.000 toneladas. Y el mayor crecimiento (11,6%) lo registran otros papeles para envases y embalajes (bolsas, sacos, tubos, celulosa moldeada…) que se sitúan en 499.000 toneladas consumidas, según datos de ASPAPEL.

En el primer trimestre de 2019, hay importantes incrementos de la producción de papel y celulosa, que crecen un 7,7% y un 6,2%, respectivamente, según datos de ASPAPEL. Por tipos de papel la pauta de los últimos años se mantiene, con caída de los papeles gráficos, si bien mucho menor que en el pasado ejercicio, y con incrementos en el resto de papeles muy por encima de crecimiento de 2018. Estos incrementos no se corresponden con el comportamiento del consumo en ese primer trimestre, que ha sido un tanto errático y subió solo un 1,1% en su conjunto.

Elisabet Alier vicepresidenta de ASPAPEL, el presidente Jordi Mercader y el director general Carlos Reinoso
Elisabet Alier vicepresidenta de ASPAPEL, el presidente Jordi Mercader y el director general Carlos Reinoso

En los cuatro últimos años el sector papelero ha invertido 1.366 millones de euros en incrementos de capacidad y en innovación y renovación tecnológica, inversiones dirigidas fundamentalmente hacia productos con demanda creciente como los papeles para embalajes y papeles de mayor valor añadido como los papeles especiales.

En 2018, las inversiones, con un incremento del 21% sobre el año anterior, ascienden a 471 millones de euros, un 9,9% de la facturación. Este gran esfuerzo inversor de la industria papelera española, se desarrolla paralelamente al proceso de sustitución de materiales que está protagonizando el papel por su carácter renovable, reciclable y biodegradable, que lo posiciona como uno de los materiales del futuro.

El fuerte ciclo inversor iniciado en 2015 se prolonga con unas inversiones previstas para 2019 de 435 millones adicionales. La bioindustria circular de la celulosa y el papel es un sector fuertemente exportador, que destina al mercado exterior el 45% de su producción. Las exportaciones representan el 56% de la facturación de nuestra industria. La industria papelera española es uno de los principales productores europeos, con 70 fábricas de papel y 10 fábricas de celulosa, que dan empleo directo a 16.595 trabajadores (un 1,9% más que en el ejercicio anterior), según datos de ASPAPEL.

El sector papelero se caracteriza por su proceso continuo de renovación tecnológica, lo que requiere una plantilla de empleados cualificados y estables. Actualmente el 89% de la plantilla del sector corresponde a empleados con contratos indefinidos. El índice de rotación es muy bajo: uno de cada tres lleva más de veinte años en la empresa y tres de cada cinco tienen más de diez años de antigüedad.

El sector tiene además un importante efecto multiplicador como motor de una potente cadena de valor, cuya aportación global (directa + indirecta + inducida) a la economía española en términos de creación de empleo y riqueza asciende al 4,5% del PIB y al 18,5% del empleo industrial. Y lo más relevante es que la cadena de valor del papel supone el 8,8% de la facturación de la industria y el 13,2% de su valor añadido, generando por lo tanto un valor añadido muy superior a la media de la industria española.

Partiendo de una materia prima local, la cadena incluye desde las plantaciones de madera para papel, pasando por la fabricación de celulosa y papel y los diferentes tipos de industrias y servicios sectoriales (industrias transformadoras, publicidad y marketing directo, impresores, editores), hasta la logística de entrega (servicios postales y de correos), cerrando el ciclo con la recuperación de los residuos de papel y cartón y su vuelta a las fábricas papeleras.

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