La reciclabilidad, el uso consciente de recursos y la capacidad circular del material de los envases se han convertido en criterios fundamentales a la hora de evaluar la sostenibilidad de un material. Dos de los indicadores más importantes son la tasa y la capacidad de reciclado del material, ya que los envases cuyo material puede reutilizarse ahorran energía y recursos primarios. Es lo que ocurre con los envases de hojalata. Porque la posibilidad del casi cien por cien de volver a reciclar un producto de acero repetidamente para convertirlo en otro producto de calidad evita un gran volumen de emisiones de CO2.

Que los productos de acero para envases se encuentran entre los paladines del reciclado lo demuestran una y otra vez las cifras publicadas por el Ministerio Federal del Medioambiente de Alemania en sus índices de reciclado de los materiales de envases. Estas cifras del año 2021, conforme a la legislación alemana en materia de envases, muestran un índice de reciclado del 90,2 por ciento para la hojalata en Alemania.

«El resultado de los datos actuales indica que la hojalata es uno de los materiales punteros en cuanto a la capacidad de reutilización y, por tanto, se integra de forma extraordinaria en la economía circular. En Alemania nos encontramos por encima del 90 por ciento de forma estable desde hace 15 años», afirma Andreas Knein, gerente de la DWR, la Sociedad Alemana para el Reciclado de la Hojalata, una filial del fabricante de hojalata thyssenkrupp Rasselstein GmbH.

Una nueva metodología para calcular la cuota de reciclado

Las cifras del Ministerio Federal de Medioambiente, calculadas según el sistema utilizado hasta la fecha, arrojaron las tasas de reciclado para otros materiales que figuran a continuación: aluminio 94,2 por ciento, cartón para envase de líquidos 74,9 por ciento, plástico 63,5 por ciento, vidrio 85,0 por ciento.

Sin embargo, para los índices que se calculan actualmente en el ámbito europeo según la Decisión de Ejecución (UE) 2019/665 solo son relevantes aquellos volúmenes que se transfieren realmente a un aprovechamiento, los que ya se encuentran preclasificados y han sido acogidos en el nuevo proceso de transformación sin pérdidas. En el marco de la Unión Europea ya no se tienen en cuenta los residuos de productos adheridos, los contenidos residuales, los materiales similares que no proceden de envases ni los materiales de otros grupos. Según la última publicación de la asociación del sector, APEAL, y en base a este método de cálculo, la tasa de reciclado para la hojalata se encuentra en el 78,5 por ciento para toda la Unión Europea.

La Decisión de Ejecución define unos límites nuevos para calcular los índices de reutilización. La nueva metodología de cálculo mueve el punto de medición «hacia atrás» para obtener el volumen de reciclado mediante la contabilización del flujo de material. Además, los envases compuestos y otros envases que se componen de más de un material se registrarán con el desglose de los materiales incluidos. De este modo, ya no se enumera el cartón para líquidos, puesto que sus componentes se recogen en la fracción papel, plástico y aluminio correspondiente.

Se aplica una metodología nueva: la hojalata, cabeza de pelotón del reciclado

Mediante el método de cuantificación anterior se documentaban los volúmenes de entrega para el reciclado, la cifra cuantificada se correspondía con la «salida de la planta de selección de envases ligeros» o la «entrada a la primera planta de reciclado». De este modo se incluían como procesos de reciclado determinados pasos, como la separación de materiales impropios o la limpieza, durante los cuales se preparaban los residuos clasificados para el reciclado en sí.

Según la Decisión de Ejecución y de acuerdo con la metodología nueva, «solamente podrán contabilizarse en el cálculo del objetivo de reciclado los residuos que entran en la operación de reciclado», en la cual los residuos realmente se transforman en productos, materiales o sustancias. Los puntos de cálculo se definen de forma diferenciada para cada material debido a los diversos procesos de reciclado. De la metodología nueva se desprenden algunos cambios de gran alcance para los envases. Las tasas de reciclado según el reglamento de ejecución son las siguientes: hojalata 84,5 por ciento, aluminio 62,4 por ciento, plástico 48,4 por ciento, vidrio 80,3 por ciento.

«Independientemente de los datos de partida tenidos en cuenta para el cálculo del índice de reciclado se demuestra que la hojalata se mantiene en cabeza frente a otros materiales de envase. Esta ventaja se debe principalmente a las características intrínsecas del material y al diseño, que resultan en una magnífica capacidad de reciclado, aunque también a los eficientes procesos de reciclado ya establecidos» opina Knein.

Por una parte, la hojalata se separa fácilmente de otros materiales gracias a su cualidad magnética, lo que permite una clasificación de envases rápida, sencilla y económica. Por otra parte, el acero para envases es especialmente idóneo para el multirreciclaje. En la práctica, eso significa que el acero de envases reciclado se puede volver a transformar una y otra vez. «La hojalata es un material permanente en un ciclo cerrado, reciclable casi al cien por cien. Casi infinitamente y sin infrarreciclaje, por tanto, sin merma en la calidad» subraya Knein.

Con cada proceso de reciclado se ahorran materias primas

La DWR presupone que el alto índice de reciclado seguirá constante en el futuro, ya que la demanda de chatarra seguirá aumentando gracias a su empleo creciente en los procesos de reciclado. Porque después del tratamiento se transfiere una chatarra de hojalata muy limpia a la planta de transformación, donde se funde sin merma en la calidad con otras chatarras de acero y con hierro bruto procedente del alto horno para producir acero bruto.

Tras otras fases de tratamiento específicas según el producto dará lugar a un artículo nuevo de acero que podría corresponder a una carrocería de automóvil, una viga de acero o un envase nuevo. Visto de esta manera, cualquier acería se podría definir también como una planta de reciclado. El ciclo del material se cierra.

Con cada rotación en el uso de la hojalata se evita el empleo de recursos y la emisión de CO2 frente a la producción primaria. El empleo de una tonelada de chatarra de hierro y acero evita la extracción de 1,6 toneladas de mineral de hierro, 0,65 toneladas de carbón y 0,3 toneladas de piedra caliza. Además, mediante el uso de chatarra para la producción de acero se consume hasta un 70 por ciento menos de energía frente a la producción primaria. Así, las emisiones de un producto de hojalata se reducen en cada rotación o ciclo de reciclado.

Sigue siendo necesario informar sobre la separación de residuos

Los índices elevados de reciclado del acero de envases son satisfactorios, especialmente en comparación con otros materiales de envase, «pero no debemos dormirnos en los laureles, sino seguir trabajando para fortalecer los índices», indica Knein y añade: «Aún queda mucho trabajo, especialmente, en el ámbito de la educación para el reciclado, que atañe a todos los implicados: desde el fabricante, pasando por el comercio y los sistemas duales hasta la economía del reciclado». Especialmente, la separación de residuos a nivel europeo seguiría elevando el índice de reciclado notablemente y permitiría aprovechar potenciales ignorados hasta el momento.

thyssenkrupp Rasselstein realiza actividades relativas al sistema dual para la concienciación de los consumidores finales sobre los materiales de envases y la separación de residuos desde el año 2021. A través de la página web weissblech-kommt-weiter.de (la hojalata llega más allá), el único fabricante alemán de hojalata informa sobre la fabricación de acero para envases, el uso de la lata para alimentos y el reciclado.