Desde que supimos que pueden aparecer residuos de plástico en la cadena alimentaria en forma de los denominados microplásticos, la población se ha percatado de que los envases de plástico son menos ecológicos de lo que se creía y su reciclaje supone un mayor esfuerzo. Los mecanismos para reciclar otros materiales llevan mucho tiempo consolidados. El acero para envases, por ejemplo, se encuentra a la vanguardia del reciclaje desde hace años, incluso en comparación con el vidrio, el aluminio o el cartón.

El acero para envases alcanzó un nuevo récord en el año 2015, con una tasa de reciclaje del 77,5 % en Europa (Unión Europea, Noruega y Suiza), un 1,5 % más que el año anterior. Gracias a ello, 2,7 millones de toneladas de acero se reincorporaron al proceso de producción. Las latas de bebidas, en particular, están cada vez más generalizadas gracias a su popularidad entre los jóvenes y adolescentes, y a su comodidad, un factor cada vez más importante: se abren fácilmente y conservan los alimentos durante mucho tiempo. También son prácticas a la hora de manejar, fáciles de apilar y resistentes ante cualquier daño gracias a su estabilidad. Y todo esto en un peso muy reducido.

Según una investigación llevada a cabo por cyclos HTP en nombre de thyssenkrupp, las latas de bebidas de 0,5 litros fabricadas con hojalata son reciclables en un 91 %. Otra serie de características, avances y logros sitúan al acero para envases en la vanguardia de la sostenibilidad. Los procesos de envasado y el propio material permiten proteger y conservar los productos de manera óptima, por lo que no es necesario refrigerar las latas durante el proceso de producción ni el transporte hasta llegar al cliente final.

En términos de reciclaje, hace años que el acero para envases supera en rendimiento a otros materiales. En España, por ejemplo, se recicló el 86,3 % de los envases de acero en el año 2015. «Se debe en parte a sus propiedades magnéticas que permiten separar fácilmente el material de los demás residuos, tanto los domésticos como los de otros ciclos residuales. El acero para envases también es un material "permanente" que puede reciclarse casi ilimitadamente sin perder calidad», afirma Christian Pürschel, responsable de Comunicaciones y Desarrollo del Mercado de thyssenkrupp en Andernach. Por ello, cada nuevo producto fabricado con acero contiene una proporción mayor de acero reciclado. Reciclar productos de hojalata permite reducir las emisiones ya que supone un ahorro del 76 % de la energía que se emplea en su fabricación. El objetivo es consolidar un circuito de materiales en todo el mundo, algo que ya se ha conseguido en gran medida en España y en muchos otros países europeos.

Por supuesto, esto solo funciona si los vínculos funcionales en la cadena de valor cierran cualquier posible brecha y garantizan que la menor cantidad posible de materiales abandone el ciclo. «Como uno de los mayores fabricantes de acero para envases, hemos asumido nuestra responsabilidad a este respecto durante años y nos esforzamos en cerrar y mantener la cadena de reciclaje con nuestra filial DWR y nuestra participación en la organización sin ánimo de lucro KBS», explica Pürschel.

La Deutsche Gesellschaft für Weißblechrecycling mbH (DWR, sociedad alemana para el reciclaje de hojalata) es una filial de Thyssenkrupp y garantiza que los envases de acero recogidos se agrupen, clasifiquen y devuelvan al mercado. El Kreislaufsystem Blechverpackungen Stahl GmbH (KBS, un operador de sistemas de reciclaje de envases metálicos) es una empresa sin ánimo de lucro que garantiza que grandes cantidades de envases de acero para uso comercial se devuelvan correctamente a la producción de acero.

Otro aspecto relacionado con la sostenibilidad es la gran capacidad de las latas de acero para conservar alimentos y bebidas. Hoy en día, es difícil imaginar lo complicado que era antiguamente almacenar alimentos perecederos como carne o pescado durante largos períodos de tiempo. Aunque tal vez ya no demos importancia a este logro debido a la velocidad de los avances, un hecho es irrebatible: cuanto mayor es el porcentaje de envases de hojalata en el consumo alimentario, menos alimentos se desperdician debido al deterioro (real o por darlos por deteriorados). Por otra parte, esto afecta también a las latas de bebidas que se pueden almacenar durante períodos más largos, por ejemplo, en máquinas de venta automática.

thyssenkrupp, como líder en tecnología de acero para envases, no se conforma con sus logros pasados, sino que sigue investigando en nuevos procesos de fabricación y propiedades de materiales. Por ejemplo, desde el año 1985, el peso de la lata estándar de dos piezas para bebidas de 0,33 litros se ha reducido más de un tercio hasta solo 22 gramos. El ahorro obtenido en latas de tres piezas para alimentos es aún mayor: al reducir el grosor del lateral hasta una pequeña fracción de milímetro, el peso de las latas se ha reducido a la mitad desde los años setenta, de modo que son significativamente más eficientes en términos de materiales.

Con las nuevas incorporaciones a la marca rasselstein® como Solidflex, High Formability o Ultra-Low-Earing steel, thyssenkrupp se encuentra a la vanguardia del desarrollo y proporciona al acero para envases propiedades muy concretas que permiten configurarlo según las necesidades específicas de cada cliente. Nuestra marca de Andernach ofrece a sus clientes más de 6.000 características técnicas: el catálogo incluye aceros para envases con la máxima resistencia y gran ductilidad; aceros innovadores y altamente maleables para latas con geometrías exigentes, y hojalatas extremadamente homogéneas e isotrópicas para cierres y para latas conocidas como DRD (de embutición-reembutición), que admiten embutición profunda en etapas y se imprimen mediante deformación.

No obstante, la fabricación sostenible y responsable engloba también aspectos que van más allá del producto en sí y su reutilización. En el año 2010, thyssenkrupp se comprometió a seguir el Código de Conducta de la Asociación Alemana de Gestión de Materiales, Compras y Logística (BME), por lo que debe colaborar con sus proveedores y socios comerciales conforme a los principios éticos que establece dicho Código de Conducta. Entre otros aspectos, comprende el reconocimiento de los derechos humanos, la lucha contra la corrupción, la competencia leal y la protección medioambiental en toda la cadena de suministro.

Estos esfuerzos e innovaciones garantizan la viabilidad global del acero para envases en el futuro, al mismo tiempo que refuerzan un enfoque colectivo para endurecer la normativa de reciclaje. El Parlamento de la Unión Europea acaba de aprobar un paquete sobre la economía circular que establece los objetivos de reciclaje fijados para todos los materiales, incluido el acero para envases. Ahora, los Estados miembros tendrán que transformarlo en legislación a nivel nacional en un plazo de 18 meses. Entrará en vigor aproximadamente dos años después de su aprobación en el Parlamento Europeo. «Como pioneros de la economía circular, naturalmente apoyamos estas normativas y creemos que estamos en una posición adecuada para enfrentarnos a los retos futuros en materia de sostenibilidad», añade Pürschel.

Actualmente estamos desarrollando aceros para envases con propiedades materiales mejoradas, así como variedades de acero que permiten reducir aún más el consumo de recursos. De esta forma, contribuimos a lograr que el acero para envases siga reafirmándose como producto eficiente y respetuoso con el medio ambiente en el futuro. Y no solo como complemento sino, cada vez más, como alternativa a otros materiales de envasado con un impacto medioambiental mucho mayor.