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Los AGV deben contemplar más allá de los requisitos mínimos de seguridad

  • Publicado el 19 de Diciembre de 2022
  • Gerard Vilarrasa

Los vehículos de guiado automático (AGV) ofrecen una forma sencilla de aumentar tanto la eficacia operativa como la seguridad en una planta de fabricación o un almacén. Gracias a su uso, el personal queda libre para realizar otras tareas donde aporte más valor añadido al proceso, y se reduce el número de accidentes producidos causados por carretillas manuales. Los AGVs a menudo comparten espacios de trabajo con las personas, volviendo la seguridad un punto primordial dentro del diseño del vehículo.

Los AGV deben contemplar más allá de los requisitos mínimos de seguridad

En Estados Unidos, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OHSA) calcula que los incidentes con carretillas elevadoras provocan 85 muertes y 34 900 lesiones graves al año. La mayoría de las víctimas mortales se producen por aplastamiento, ya sea por la caída de objetos sobre ellos, posiblemente debido a una carga inestable o a un error del conductor, o a quedar atrapadas entre la carretilla y una superficie dura, u otra carretilla. Otros problemas de seguridad en las operaciones manuales son la fatiga, que aumenta el riesgo de error humano, y las lesiones derivadas de un levantamiento inadecuado o repetitivo. El uso de AGV ayuda a prevenir estos escenarios, ya que operan de forma autónoma, y no requieren la presencia de personas a su alrededor. Pero, ¿cómo se puede garantizar que los vehículos de guiado automático funcionen de forma segura?

Todos los fabricantes de robots móviles deben garantizar el cumplimiento de unas medidas mínimas de seguridad, pero ¿son suficientes? Los fabricantes afirman que todos los vehículos de guiado automático deben incluir sensores y dispositivos de seguridad para evitar y prevenir proactivamente los riesgos. Sin embargo, no tienen en cuenta el proceso de comprobación de la estabilidad de una carga o la detección de errores dentro del proceso de trabajo. A pesar de ello, si analizamos el diseño base, los AGV pueden incorporar perfectamente funciones adicionales para mejorar los mínimos niveles de seguridad requeridos.

Los sensores de seguridad detectan si hay una persona, otros vehículos o un obstáculo en la trayectoria del AGV y, provocan que el vehículo se detenga para evitar colisiones con ellos. Funciones como esta de seguridad son fundamentales y las exigen muchas normativas regionales.

No obstante, los vehículos de guiado automático son relativamente nuevos en las instalaciones de trabajo, por lo que las normas aún se están desarrollando. Para ello, los fabricantes también deben tener en cuenta qué funciones ayudarán a los operadores y a los responsables de instalaciones a aumentar la seguridad al tiempo que se benefician de la mayor eficiencia que pueden ofrecer estos vehículos.

Una carga mal colocada, por ejemplo, presenta riesgos: si no es estable, puede caerse, causando lesiones a las personas de alrededor o dañando la mercancía. En circunstancias extremas, puede incluso provocar el vuelco de un vehículo. Gracias a la colocación de sensores en las horquillas del AGV o en la zona de elevación, se puede recoger información sobre si la carga está colocada en el vehículo y si está bien posicionada. También hay que vigilar la altura de las horquillas, ya que puede aumentar el riesgo de colisión o hacer que la carga sea más inestable. Al tener más datos sobre el proceso logístico, los responsables de las instalaciones pueden evaluar si hay problemas o si deben cambiar algo para aumentar la seguridad. Los datos también pueden ayudar a identificar las zonas en las que los vehículos se detienen con frecuencia y reducen la eficiencia de las operaciones, proporcionando de nuevo la información necesaria para que los responsables realicen cambios que optimicen aún más las operaciones.

Otro aspecto a tener en cuenta en el diseño de un AGV es su facilidad de uso: la sencillez reduce los errores humanos, aumenta la seguridad y disminuye la necesidad de una formación compleja o de habilidades necesarias para manejar estas máquinas. Además, también hará que las operaciones sean más consistentes, sin tener que depender de unos pocos empleados cualificados para que funcionen sin problemas. Por último, los responsables de las instalaciones deben asegurarse de que disponen del tipo de vehículo adecuado para los procesos y las cargas que manipulan.

Las normas de seguridad que apoyarán su uso. Este tipo de vehículos ofrece soluciones excelentes en un número cada vez mayor de aplicaciones y han demostrado que pueden aumentar la seguridad en comparación con los vehículos operados manualmente. Sin embargo, mientras se establecen las normas de seguridad, es necesario buscar soluciones que vayan más allá de los requisitos mínimos con el fin de garantizar una mayor seguridad para el personal, los equipos y las mercancías transportadas.

Gerard Vilarrasa

Product Manager de Kivnon

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